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El arte final de la imprenta

Las nuevas exigencias en los proyectos gráficos y las campañas de marketing o publicidad, donde cada vez tiene más presencia la parte “online”, ponen en evidencia las carencias de los nuevos profesionales del diseño que desconocen algunos de los conceptos básicos que se deben tener en cuenta a la hora preparar un trabajo para su producción impresa.

Es importante aclarar que no me refiero a la impresora de escritorio, me refiero a los talleres de imprenta que todavía siguen funcionando y que necesitamos para una producción de calidad de un determinado volumen de productos impresos en papel en un tiempo y precios razonables.

Es cierto que muchas de ellas se han tenido que reinventar introduciendo nuevas técnicas de impresión y nuevos productos en su oferta, pero ahí siguen, resistiendo.

CONTENIDO

Comienza siendo precavido

Es algo que tenemos que tener en cuenta a la hora de afrontar proyectos de cierto volumen ya que, en ocasiones, es aquí donde nos jugamos el presupuesto. Si trabajas con un margen estrecho, si te sale mal el trabajo y tienes que repetirlo, probablemente necesitarás que te encarguen otros cuatro o cinco trabajos adicionales de similar cuantía para poder compensar la repercusión económica que puede tener el error cometido.

Es por esto que hacer el arte final de un trabajo es un cometido que no se lo podemos dejar a cualquiera.

Para evitar este tipo de problemas, hay determinadas cuestiones que debemos tener en cuenta en las diferentes fases del diseño. ¡Vamos a verlas!

1. El formato del papel

Desde el punto de vista de la producción impresa, entra en liza lo que se denomina “desperdicio de papel”.

  • Si la tirada es de 100 ejemplares, el desperdicio que se generará será mínimo. Podemos elegir prácticamente cualquier formato de papel, ya que el impacto en los costes de producción será irrelevante.
  • Pero, si la tirada es de 100.000 ejemplares, cuestiones como optimizar el tamaño de papel pueden ser la clave para obtener un precio competitivo.

Para intentar evitar el desperdicio de papel, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Un formato que optimice la producción y minimice el desperdicio. Resulta muy útil recurrir a tamaños normalizados DIN/ISO (A0, A1, A2, …).
  • Tener en cuenta que algunos papeles no se fabrican en tamaños que permitan optimizar la producción en estos formatos normalizados.
  • Una publicación de formato A4 será perfecta para imprimirla sobre un pliego de 65*90 cm, pero también lo podremos imprimir sobre un pliego de formato 70*100 cm, generando más desperdicio de papel, por tanto, deberemos calcular el impacto en función del número de pliegos que necesitaremos para la publicación.

2. El tipo de papel

Además del formato, deberemos elegir un tipo de papel, gramaje, formato y características que lo hagan idóneo para el proyecto de diseño, al igual que debemos asegurarnos de su disponibilidad. ¿Qué debemos de tener en cuenta entonces a la hora de elegir el tipo de papel? 

  • Elegir entre un papel estucado, offset, reciclado, folding, gofrados, verjurados, acabados especiales, etc.
  • Cada tipo de papel está indicado para una técnica de impresión y un tipo de producto. Por ello, antes de diseñar debemos tener en cuenta el comportamiento del papel en los procesos de impresión, manipulado y encuadernación.
  • A la vez que abordemos el diseño de la pieza, lo ideal es desarrollar una idea clara acerca del resultado final que pretendemos obtener. Por ejemplo: un determinado público aceptará mejor un papel reciclado, pero hay que tener en cuenta los condicionantes que podrían representar a la hora de reproducir imágenes, textos o colores.
  • No debemos olvidar que todas las cuestiones relacionadas con el tipo de papel que utilicemos, además, tendrán un impacto sobre el medioambiente. Iniciativas como la certificación FSC, que promueven la gestión responsable de las materias primas y los sistemas de gestión, nos darán buenos argumentos a la hora de elegir el papel adecuado para nuestras piezas impresas.

3. La técnica de impresión

Son muchas las técnicas de impresión y deberemos elegir la más adecuada en función de las necesidades de nuestro proyecto, de la tirada, formato, tintas, etc.

Aspectos posteriores al diseño

  • La separación del color. Cuida que tus imágenes y los colores de tus diseños estén convertidos a CMYK, pues no se imprime igual un color en RGB que en CMYK. Deberás utilizar un perfil de conversión que te garantice un buen resultado final. Si vas a utilizar tintas planas en offset asegúrate que el documento tiene claramente identificadas las tintas planas con el código Pantone, ojo con los colores duplicados.
  • Deja espacio al impresor para que pueda cortar con seguridad. Si tus imágenes o fondos llegan hasta el borde de tu trabajo deberás extender la mancha un poco más allá, es lo que llamamos sangría.
  • Marcas para pliegues y cortes. No olvides indicar al impresor los límites del trabajo, da indicaciones de por donde debe plegar o si lleva hendidos. Resultará especialmente útil un esquema con las indicaciones y ajuste para los troqueles.
  • La tipografía. Si no está trazada, deberá estar incrustada en tu archivo, esto el PDF de Acrobat lo hace perfecto, si no, deberás adjuntar la carpeta con las fuentes, recuerda que tal vez no dispongas de los permisos necesarios para distribuir la tipografía que has utilizado en tu diseño.
  • Las imágenes. Lo mismo pasará con las que hayas utilizado, si no están incrustadas en tu archivo deberás adjuntarlas, en CMYK si quieres imprimirlas a color.
  • Saca una prueba de impresora. Para estar seguro de todo, imprime una prueba y, si es posible, a tamaño real y repasa todo lo anterior.

Para terminar…

Ya puedes mandar todo al departamento de preimpresión de tu imprenta. Si te es posible y te lo permiten tus plazos y presupuesto, solicita un ferro. Antiguamente este nombre tenía otro significado, ahora se trata de un plotter de la imposición de las páginas que se van a imprimir en el pliego que servirá de modelo al impresor. Un último vistazo nunca está demás y te permitirá efectuar correcciones o ajustes, y esto supone un paso más en el control de calidad de tu proyecto gráfico impreso.

Seguramente, me haya dejado en el tintero algún aspecto que consideréis relevante en todo este proceso. ¡Me encantará recibir vuestras aportaciones para enriquecer este artículo! 🙂

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